Aditivos Nutrimentales
¿Realmente son malos para la salud?
Los aditivos alimentarios están presentes en la mayor parte de los alimentos que se consumen. Se añaden no por su valor nutricional sino porque ayudan a mejorar o mantener las propiedades que hacen llamativo y seguro al alimento: su color, sabor, textura, olor, frescura, apariencia en general.
Químicamente pertenecen a grupos funcionales muy variados, entre los que destacan, sales inorgánicas, aminoácidos, hidratos de carbono y enzimas.
El principal inconveniente que se le atribuye a estas sustancias es la capacidad de producir reacciones adversas, e incluso alérgicas. A pesar del uso tan común, la tasa de reacciones adversas realmente atribuibles a su consumo es muy poco significativa. Por ejemplo, se estima que alrededor del mundo solo el 1% de los adultos manifiestan una reacción adversa mientras que solo el 2% de la población infantil puede llegar a manifestar una reacción. Esta prevalencia se intensifica hasta en un 7% solo si el menor cuenta con un diagnóstico previo de enfermedad alérgica. La principal relación para esta manifestación es contar con alergias alimentarias previas.
Los principales aditivos alimentarios asociados con reacciones de hipersensibilidad son los antioxidantes, colorantes y conservantes:
Antioxidantes
Los alimentos que contienen grasas vegetales o animales son candidatos a un proceso de oxidación (enranciamiento) y la velocidad para que esto ocurra depende de la cantidad de grasa que contengan. Los aditivos antioxidantes son sustancias que prolongan la vida de almacén de los productos, protegiéndolos justamente del deterioro ocasionado por la oxidación. Se utilizan primordialmente en productos horneados, cereales, grasas, aceites y aderezos de ensaladas. Según la Revista Alergia México, durante el año 2019, las principales reacciones reportadas en consumidores fueron urticaria crónica, dermatitis de contacto, vasculitis cutánea y dermatitis atópica, es decir, meramente problemas a nivel de la piel (inflamaciones, manchas, picor, sarpullido).
Colorantes
El objetivo de los colorantes es mejorar el aspecto visual de un alimento sin modificar su valor nutricional, el sabor o la seguridad del mismo. Los de mayor uso son la tartrazina, amarillo ocaso, azul índigo y rojo cochinilla al representar cerca del 90% de los colorantes utilizados en la industria alimentaria. Colorantes como carmina, annato, betacaroteno, paprika, azafrán, eritrosina e indigosina son los menos utilizados. Los colorantes sintéticos (tartrazina, amarillo naranja, rojo cochinilla) están asociados con reacciones de hipersensibilidad (no IgE) en su mayoría leves como urticaria crónica, angioedema y asma además de intensificación de la dermatitis atópica. En estos casos se involucra además de la piel, el sistema pulmonar. En el caso de los colorantes naturales, la afección puede ser severa (anafilaxia) al verse involucrado un alérgeno determinado.
Conservadores
Sustancias que previenen, retardan o detienen cualquier alteración causada por microorganismos. Se utilizan en embutidos, alimentos lácteos, bebidas carbonatadas, preparados farmacéuticos, enlatados, bebidas alcohólicas y frutas. Los benzoatos son los más relacionados con reacciones alérgicas. Tanto los parabenos, los sulfitos y el ácido benzoico se relacionan con dermatitis de contacto (inflamación en la piel), dermatosis (cualquier alteración en la piel), urticaria crónica y asma bronquial (que se potencializa con el diagnóstico previo de asma).
El tratamiento idóneo para una alergia a un aditivo alimentario es la exclusión del aditivo de la dieta del consumidor, es decir, del agente causal de dicha reacción. Como medida precautoria, se requiere brindar y reportar todos los nombres alternativos del aditivo alimentario y los productos conocidos que incluyan dicho aditivo.
Realmente son una causa poco frecuente de reacciones de hipersensibilidad, en la mayoría de los casos leves, pero, a pesar de su baja incidencia, la frecuencia de reacciones va en aumento debido al uso globalizado y universal de aditivos en la mayoría de los alimentos Ante esto, cobra mayor importancia la regulación y el control de su uso al respetar las concentraciones bien delimitadas por organismos nacionales e internacionales.